Hemos cambiado, men, son tiempos de cambio y el tiempo al mismo tiempo cambió, dijo Pity. Me volví viejo, crecí, no sé. El hecho es que estoy asombrado. Hablo de jóvenes de 15, 14 y hasta 13 años inclusive. ¡Son muy creativos! Nadie que yo haya conocido a esa edad era capaz de escribir, satirizar, acotar e inventar al mismo nivel que los de ahora.
¿Cultura? La poseen. Años de alimentación televisiva, videojuegos (con la siempre presente figura de Will Wright) y viajes al exterior forman una base excelente. Estos chicos saben inglés y lo utilizan. Prefieren ver Friends con las voces originales y se torturan googleando letras de canciones post-bohemias pseudo-depreso-psicodélicas para postear en sus fotologs/facebook/blog. Y lo hacen de manera original.
Socialmente son... bueno, son interesantísimos. Si bien hay grupos definidos, la red total de los grupos es grande e infinitamente variada. El cambio se critica, pero se acepta. Sexo, fiestas, alcohol, marihuana, cigarrillos, música, ropa, noviazgos. Todo relacionado, familiar. Digo, levemente familiar para mi, que viví algo parecido pero atenuado y con menos fuerza. Esto es el paraíso del sociólogo. Hippies, góticos, formoseños, músicos y vagos, todos juntos en un cóctel de hormonas y atrevimiento juvenil increíble. En un mundo más surrealista, no tardaría en implosionar dejándonos prostitutas, dealers y sangre repartida por todos lados.
Díficil es incursionar dentro de este lodoso pantano de personas, son tantos, tan diferentes y tan astutos (cunning sería la palabra, en inglés) que se hace complicado hasta para el mejor artífice de humo en la esfera social. Yo sé de humo, y con estos no hay disfraz que valga. Y el esfuerzo de crear uno disfraz capaz de sostenerse de manera cool y relajada ahí dentro, creo yo, vale infinitamente la pena. Son, repito, muy interesantes. Harto interesantes. Y hermosos.


Haber nacido 2 o 55 años atrás hubiera estado bien. Seriously.