Foto

viernes, 14 de enero de 2011 a la/s 6:25 p. m.
Todos deberíamos poder escribir, como dije antes. También cualquiera puede agarrar una cámara fotográfica y capturar cuanta cosa se le antoje. Esto funciona siempre y cuando escribas ficcionalmente o saques fotos pelotudas en el fondo de tu casa. Pero si tenés que componer sobre otras personas o sobre poblaciones, se complica. Así como es delito tomar fotos en La Meca, los pocos documentos gráficos que salen son gloriosos.
En última instancia, sin embargo, escribiendo o pintando es difícil que se llegue a lastimar a alguien directamente. O de manera física, cuanto mucho. Te estarás preguntando a dónde voy con toda esta perorata, seguro. El punto es que estuve viendo unas fotos y me saltó la ficha de que alguna gente se vuelve muy pelotuda para con su profesión, y terminan anteponiendola a los valores éticos que deberíamos mantener por nuestra sola y básica condición de ser humano. Mirad.


Click en las fotos para agrandarrrrrlas
La segunda pudiera parecerles una pelotudez atómica, pero es una pata caminando con su prole. El convoy atraviesa una alcantarilla y los pequeños patitos caen por las rendijas. El fotógrafo se mantuvo alejado de la escena, sabiendo que podía salvar la vida de los animales con solo estirar el brazo.
De manera mucho más impactante el fotógrafo Kevin Carter actuó con el mismo tipo de cínica negligencia. Después se mató, literalmente. El tipo tomó la imagen, dió media vuelta y se marchó a su casa, con una captura que le valdría millones de dólares y premios Pullitzer. Sigue siendo una forrada.


La fuente de las fotos NO la voy a poner. No tengo ganas.