Miren volar esos dedos

miércoles, 7 de abril de 2010 a la/s 3:17 a. m.


Si mañana murieras, ¿te sentirías satisfecho?
Si te caes al suelo, rendido, ¿cuáles serían tus últimas palabras?
¿Has querido lo suficiente?
¿Has reído lo suficiente?
¿Has disfrutado lo suficiente?
¿Has llorado lo suficiente?
¿Cómo estar seguro de que fue lo correcto?
¿Habrás muerto de pie o patéticamente arrodillado?
¿Te has levantado de tus cenizas cuando tuviste la oportunidad?



Esas son las preguntas que dan combustible a mi comportamiento. Las rememoro de vez en cuando, a veces una o dos, a veces todas. Es que a esta altura somos muy vagos, vió. Y nos cuesta mantenernos enfocados en algo. Y yo soy bastante colgado, sí. Tardo en fijar un objetivo, y lo hago tan débilmente que si no me lo recuerdo constantemente pierde su sentido.
Entonces recuerdo que cada momento es una oportunidad para cambiarlo todo, y que cada momento desperdiciado es un potencial universo de vida que tiro a la basura. Y me ayuda, tanto a no fijarme en los errores como a remarcar los triunfos. Hazlo, tan duras preguntas ameritan tan justa recompensa.