
Estábamos charlando sobre ciertos criterios que manejamos los humanos, a nivel de escalas y valores. Llegamos, como era de esperarse, a tocar el tema del Dinero.
Tantos prejuicios alrededor suyo, tantas penurias y tanta envidia ha causado, tan mala imagen tiene, tantos sentimientos encontrados provoca que es difícil hacerse una idea imparcial sobre el concepto y su función real.
Recordé, como les dije, tal situación del libro que hace poco me regaló mi tío. En la trama, situada en una Tierra un milenio más vieja, se retrata los tropiezos que la raza humana tuvo que pasar para controlar su situación demográfica. Se describe un Comité de Natalidad, que hace las veces de ente regulador de la población, dando permisos para tener hijos a aquellas parejas que demuestren una calidad genética capaz de aportar un buen pedrigree a la prole. Aunque esta entidad era la reguladora de quienes recibían tales permisos, existía la posibilidad de comprarlos. Paso a citar directamente el libro:
Los derechos de procreación podían adquirirse por un millón de estrellas. ¿Y por qué no? La habilidad para ganar dinero constituía un factor de supervivencia bien demostrado. Además, de ese modo se suprimían los intentos de soborno.
A mi me parece por demás perturbante. Me da una sensación rara tal situación. Pareciera que derriba muchos de los valores éticos y de moral que poseemos los humanos hoy en día. Si uno lo piensa bien, bajo esos criterios, aquél ladrón de guante blanco es genéticamente digno de tener hijos, mientras que el profesional pasa como uno más. No importa si es ilegal o legal, bueno o malo, quedaría demostrado que a nivel científico y de beneficio de especie, que aquellos capaces de aplastar a los demás deben vivir. La supervivencia del más apto. Tal principio gambetea derriba la ética, aplasta la moral y nos deja librados a una batalla campal por procrearnos como ratas y sembrar nuestras meritorias semillas. Lo que es aún más curioso es que este es un futuro que pareciera ineludible. No sé si (no creo) tales normas vayan a ser aplicadas en algún momento, pero el dilema va a permanecer como un fantasma. Quizás se vuelva un tema clásico de discusión en un futuro...
Este artículo de wikipedia que quizás les resulte interesante, sobre la demografía de China, plantea en un plano fácil de identificar como este problema se intenta de resolver hoy en día.
Volviendo al tema del dinero... ¿qué opinan? Desde un punto de vista puramente objetivo, siento que es verdad. Ahora bien, se están ignorando muchos otros factores. Recordad que en nuestra sociedad, amiguillos, no existe tal cosa como la carrera abierta al talento, y aquél tribalista africano que quiera tener 18 hijos difícilmente pueda demostrar su capacidad para escalar posiciones en la Bolsa de Tokio. Y hay que tener en cuenta otras cuestiones: ¿Qué capacidades y habilidades son las que se necesita para mejorar como civilización? ¿Existe tal cosa como una mejoría a nivel de especie? ¿Es técnicamente aplicable?.

* Una de las técnicas de control de natalidad, ficticia por cierto, descriptas en el libro era la llamada técnica Malthusiana. No recuerdo específicamente como se lograba, sólo que era primitiva, y que George Orwell le dió ese nombre como un guiño al demógrafo.
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